El cine infantil y el mundo color de rosa

Aunque mi intención inicial era expresar esta reflexión en mi entrada anterior sobre la película La Casa del Reloj en la Pared, creo que este es un tema que merece su propia entrada:

¿Está el cine infantil actual sobre protegiendo a las audiencias más jóvenes?

Aunque puede que me equivoque estrepitosamente, siento que el cine infantil de hoy en día sigue una preocupante tendencia (al menos para mí) de andar de puntillas a la hora de hablar de ciertos temas. Sinceramente no veo cómo películas como El Rey León (la original), en la que Simba llora sobre el cadáver de su padre intentando despertarlo, El Jorobado de Notre Dame, en la que Frollo acosa sexualmente a Esmeralda y además la culpa por ello, o cualquiera de las películas de Tim Burton de los 90, con todo su cringe y su oscuridad (por momentos), podrían encajar a día de hoy en el catálogo de cine infantil que llega a las salas de cine o a la pequeña pantalla. 

Aunque hay evidentes excepciones, como es el caso de gran parte de la producción de Pixar, que tratan gran cantidad de temas sin complejos y apelando al corazón y los sentimientos de los espectadores, la gran mayoría del cine para toda la familia actual que he logrado ver (no descarto que pueda haber obviado mucho material que contradiga lo que aquí expongo), pinta el mundo y la vida de color de rosa y evita hablar explícitamente de temas o problemas que puedan desencadenar sentimientos o reflexiones negativas.

Citando a Rocky Balboa: "Nada golpea tan duro como la vida". Y dar la falsa impresión de seguridad de que todo saldrá siempre bien con el poder del amor y la amistad a través de productos que no arriesgan y en los que no ocurre nada que pueda hacer reflexionar a las pequeñas esponjas de conocimiento que los consumen, genera una visión distorsionada de lo que es la vida y el mundo. Sobre todo, si a eso le sumamos la doble moral de que algunos padres no dejan ver determinados productos a su hijo, por ser demasiado oscuros o tristes y el mismo niño recoge prostitutas con su coche en el GTA para luego matarlas y recuperar el dinero invertido en sus servicios. Además, me he dado cuenta y también me preocupa que, de forma general, gran parte de las películas abusan de la música electrónica y del concepto de la fiesta, dar fiestas y salir de fiesta, con lo que no solo me preocupa el limitado rango emocional al que se ven expuestos los niños, sino que venga una nueva generación que piense que lo único divertido en esta vida es salir de rave con los colegas.

Como comentaba en la entrada de La Casa del Reloj en la Pared, uno de los géneros que se han visto afectados por esta sobre protección, es el del terror. Recuerdo ver en mi infancia películas como Bitelchus de Tim Burton o Sleepy Hollow del mismo director,  que tienen atmósferas y tramas muy oscuras, con momentos que podrían asustar a un niño, pero que no dejaban de ser films de entretenimiento familiar, con componentes de comedia y fantasía además de terroríficos; y no salí tan mal tras haber pasado ese tiempo viendo películas con un filtro pertinente y adecuado a los rangos de edad destinados. A día de hoy, estas películas no se me antojan para nada "aptas para el público infantil" bajo los estándares de cine familiar que fijan las películas que llegan a las salas de cine. No digo que haya que poner a los niños a ver La Profecía o Insidious, pero creo que tienen el derecho de disfrutar pasando un "mal trago" viendo una película con elementos de terror como hacemos los adultos.

En definitiva, no podemos limitar las diferentes emociones y experiencias a las que exponemos a los niños, en cualquier caso, deberíamos adaptarlas para que sean comprensibles. A cuantos más estímulos, experiencias y situaciones (tanto positivas, como negativas) se vean expuestos, mayor capacidad de adquirir pensamiento crítico tendrán y más capaces serán de formar sus propias opiniones y una visión del mundo propia, más cercana a la realidad.

Comentarios

  1. Estoy bastante de acuerdo en que el cine infantil actual trata a los críos como si fueran de cristal y cualquier cosa pudiera traumatizarlos pero creo que esto se limita al cine occidental fundamentalmente, aunque siempre hay excepciones como pueden ser Pixar, como bien mencionas, o Laika. Sin ir más lejos el diseño final de la villana de Los mundos de Coraline es bastante creepy. Y ya si nos vamos a la animación japonesa se pueden encontrar muchos ejemplos de películas que abordan temas complejos de forma profunda. Un ejemplo sería Los niños lobos (2012) que aborda el tema de la maternidad y el crecimiento psicológico de unos niños a través de las interacciones con su entorno de manera bastante madura. Aunque al final todo depende del interés de los padres por lo que consumen sus hijos.

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    1. Si, pero aunque no lo haya mencionado, me refería casi específicamente al cine mainstream que, al fin y al cabo, es el que más facilidades tiene para llegar a las salas y a hogares. Ya no solo depende del interés de los padres, sino de que puedan tener acceso y conocimiento de esos productos.

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